La forma es parte del fondo (y viceversa)


Por: Carlos Andrés Naranjo-Sierra
La eterna discusión de si es más importante el fondo o la forma puede estar mal planteada. Generalmente se parte de un principio dualista que trata de clasificar la realidad en categorías mutuamente excluyentes. Bajo ese principio divisor sólo hay dos alternativas, o es lo uno o es lo otro. Quisiera proponer, bajo el riesgo de equivocarme, que pensemos que en el caso del fondo y la forma pueden tratarse de uno solo, aunque para efectos de entendimiento se hable de éstos como conceptos separados.

Conviene recordar que los principios dualistas acompañan no sólo al diseño, a la publicidad o a la arquitectura, sino también a la psicología, a la antropología, a la sociología, a la economía y, cómo no, a la ideología, sólo por citar algunos campos. Cuerpo/Mente, Cultura/Naturaleza, Individuo/Sociedad, Capitalismo/Comunismo, Libertad/Igualdad, son algunos ejemplos que pueden llevarnos a olvidar que las palabras no son las cosas y que la realidad es más compleja que el lenguaje que la designa.

Heráclito designó como enantiodromía a la extraña interdependencia que observó entre los opuestos. Todo extremo contiene secretamente su propio contrario lo que explica por qué una misma cosa puede «transformarse» extrañamente en su antagonista. Mientras más extrema es una posición, más fácil es de esperar una enantiodromía. Cuando la cantidad es muy alta o muy baja, se transforma en una cualidad. Cuando la cualidad es muy intensa o poco intensa, se transforma en cantidad. Lo mismo parece suceder con el fondo y la forma.

La Teoría de Campo en la física, evita algunos dilemas creados por las dicotomías que se plantean desde el mismo problema que intenta resolverse. La «causalidad circular» viene a tratar de explicar los fenómenos que la causalidad lineal no ha logrado. ¿Es la luz una onda o una partícula? Parece que puede ser las dos. Una teoría de este tipo procura hacer una integración lógica y sistemática de ideas, aunque no siempre pueda probar la veracidad o falsedad de la proposición en cuestión.

La escuela de la Bauhaus intentó reconciliar el concepto de fondo y forma por medio de diseños bellos y funcionales. Mientras que publicistas de la talla de Reeves y Ogilvy tomaron partido por el fondo, Burnett y Bernbach tomaron partido por la forma. ¿Qué es más importante? Creo que la respuesta es: ninguno de los dos, o aún mejor: ambos. Propongo no tratar de reconciliar estos conceptos. Propongo intentar mirarlos como una misma cosa.

Lo anterior no quiere decir que debamos renunciar a todo intento de separación y reducción para poder estudiar algún fenómeno. Finalmente el problema de aprensión de la realidad es un problema metodológico. No tenemos la capacidad cerebral para analizar todas las variables que intervienen en una situación dada, léase diseño, campaña, construcción o cualquier otra empresa intelectual. Por lo cual, con humildad, separamos, clasificamos y simplificamos las cosas para poder estudiarlas. Pero conviene no olvidar que lo que logramos conocer son simplemente partes de un todo.

La escuela psicológica de la Gestalt, dedicó notables esfuerzos a principios del siglo XX, para entender el asunto del fondo y la forma, partiendo de la percepción visual y así dar luces sobre cómo funciona la mente humana. Algunos de sus numerosos estudios revelaron que no es posible captar el fondo sin la forma, así como tampoco es posible entender una idea sin las palabras. Cuando se altera el significante, también lo hace el significado. Como si estuviéramos viendo a la misma cosa desde dos perspectivas diferentes.

Hoy una nueva corriente de la psicología, la psicología evolucionista, arroja nuevas luces sobre el asunto. Lo que nos parece bueno y bello no esta determinado solamente por los procesos de aprendizaje o la cultura. Hay algo en nuestra naturaleza que nos lleva a reconocer como bello y bueno aquello que tiene alguna función especial para nuestra supervivencia. La belleza cumple una función adaptativa que nos permite identificar rápidamente aquello que puede ser útil para la reproducción de nuestros genes. Los colores, los olores, los sabores, los sonidos o los objetos nos son agradables o desagradables en función de nuestra evolución, no por sí mismos.

Al hablar de diseño, comunicación o arquitectura, hay que decir que la forma hace parte de la función porque la forma es parte del mensaje o la estructura misma. Al alterar el contenedor, se altera el contenido. Alterar el medio es alterar el mensaje. Tanto el uno como el otro pertenecen a una misma naturaleza, mas que a naturalezas opuestas o complementarias. Como decía Marshall McLuhan: «El medio es el mensaje».

La idea de pensar en el fondo y la forma como una sola naturaleza es compleja. Parece difícil de digerir. Pero se hace más fácil cuando se entiende que la separación de dichos términos se hace mas con fines teóricos que prácticos. Sin un adecuado medio, no hay comunicación. Sin una adecuada forma no hay función. El interior y el exterior se afectan mutuamente y no es posible tomar partido por uno solo, así se quiera. Pareciera entonces que el fin no justifica los medios, como decía Nicolás Maquiavelo, sino que el medio es parte del fin y el fin es parte del medio, así como el fondo es parte de la forma y la forma es parte del fondo.