¿Cómo hacer que los clientes hablen bien de su organización en las redes sociales?

Las redes sociales han logrado que las empresas las transformen en otro medio para dar a conocer la marca y promocionar sus servicios y a su vez en una forma de comunicación con sus clientes y en una herramienta para tomar datos de las preferencias, tendencias y necesidades de los mismos.

Las redes sociales hacen fácil tener un contacto más cercano y menos formal con los clientes, por medio de ellas también se puede crear y afianzar un lazo de confianza con estos, una forma es demostrarles que sus sugerencias están siendo tenidas en cuenta.

Conseguir fans no es sinónimo de éxito en las redes sociales, no quiere decir necesariamente que estos hablarán bien de su empresa, entonces ¿cómo hacer que esto ocurra? Haga que el cliente que le guste su marca y un producto o servicio determinado de esta, se sienta parte de ello, es decir, que esté enterado del proceso de producción, quiera seguir de cerca todas las actividades de la empresa y participar activamente en ellas.

Esa es una gran manera de aprovechar los Social Media que las organizaciones pueden aplicar,  porque permite el establecimiento de un clima de confianza entre empresa y cliente, donde se sentirán libres de actuar con total libertad, con el pleno convencimiento de que siempre habrá alguien ahí para escucharles, para ello es fundamental que la organización se muestre con una actitud abierta.

Haga de las redes sociales un aliado para que los clientes hablen bien de su empresa

Utilice las redes sociales para hablar de tú a tú, evite publicar en ellas comunicados y boletines, la idea es que la comunicación que se cree permita actuar de forma impersonal y generalizada. Los clientes en redes sociales lo que quieren es un contacto más directo, mensajes personalizados, así se construirán relaciones estables y duraderas.

Promueva la interacción, así le dará a entender al cliente que la organización está interesada en conocer sus opiniones en sus procesos de cambios y mejoras, pregúnteles directamente y anímelos a participar.

Demuestre a sus clientes que sus opiniones realmente son valiosas para la organización, independientemente de si sus sugerencias son viables o no, lo importante es que la empresa atienda su petición y exponga claramente cómo va a obrar al respecto y cumplir lo que les prometa.

Ponga cara a la voz de su empresa, es decir, personalice una cuenta de las que tienen más contacto directo con los clientes, porque nadie quiere hablar   con seres anónimos, las personas quieren hablar con personas, así los clientes se sentirán atendidos de verdad y en un ambiente más cercano.

Reconozca el mérito a los clientes cuando realmente hayan aportado a una mejora, puede hacerlo por medio de una mención pública de agradecimiento en los canales sociales o el blog corporativo de la empresa, entre otros, pues esto hace que crezca y se consolide el sentimiento de pertenencia a la marca por parte del cliente.

Hágalos sentir importantes, bien sea en forma de descuentos, presentación de productos en primicia, o servicios VIP, lo importante es fomentar la fidelidad de los clientes, hágalos sentir que son miembros de pleno derecho de la comunidad, lo cual les da una serie de beneficios.

Recuerde que sus clientes son una parte fundamental de su empresa, por ello es crucial crear y sostener una buena relación entre ellos y la organización, donde haya lazos de confianza que permitan que estos hablen bien de su marca, de lo que hace, de la empresa como tal.

Las personas en las redes sociales se están convirtiendo en legitimadoras de opinión, acciones como un buen servicio al cliente, la intención de conocer sus opiniones y atender sus intereses crean fieles seguidores, clientes satisfechos, que acabarán transmitiendo las ventajas que les reporta la marca y los beneficios de comprar sus productos o contratar sus servicios.

Las 11 leyes inmutables de la creación de marcas en internet de Laura y Al Ries

A pesar de ser un libro publicado hace más de 10 años, sus postulados continúan hoy igual de vigentes que antes. Escrito por Al Ries, el famoso autor de Posicionamiento y otros reconocidos textos de mercadeo, y su hija Laura como el inicio del trabajo de ambos como asesores empresariales. En este postulan 11 leyes, como ya lo había habían hecho antes Al y Jack con Las 22 leyes inmutables del marketing, que llaman inmutables para generar el debate necesario que requieren estos temas con una alta carga de incertidumbre.

Algunas ideas interesantes:

  • «La decisión de marketing más importante que tenemos que adoptar es cómo llamamos al producto. En la época del posicionamiento el nombre era importante. En la época del internet el nombre es esencial. Internet elimina el elemento visual. Para acceder a un sitio web se teclea una palabra. No hay imágenes, no hay colores, no hay tipografía, no hay aspecto y no hay ubicación».
  • «El torrente de nombres comerciales genéricos en Internet proporciona esperanza a las empresas que han llegado después. Si usted es capaz de lanzar un sitio web con una buena idea y una buena marca, está en una buena posición. Puede esperar hasta que los nombres de sitios genéricos desaparezcan de la vista y después lanzarse y ganar».
  • «Existe una enorme diferencia entre crear una marca en internet y crear una marca en el mundo real. En el mundo real siempre hay espacio para una segunda marca, en internet no hay lugar para el segundo».
  • «Haga que su marca sea una fuente de información que los clientes potenciales no puedan encontrar en ningún otro sitio. O un lugar para comprar cosas a unos precios que no pueden encontrar en ningún otro lugar. O un sitio para encontrarse con personas con las que no se puede encontrar en otro sitio».
  • «Uno de los factores importantes que imulsaron la economía mundial de los años noventa fue la caída del comunismo a finales de los años ochenta. En lugar de vivir en un mundo dividido en dos bandos armados, todo el mundo se encontró repentinamente en el mismo barco. En lugar de intercambiar insultos, los principales países del mundo empezaron a intercambiar productos y servicios».